Lo cierto es, que es muy común que las galaxias choquen e interactúen con otras galaxias. De hecho, ahora se cree que las colisiones y fusiones entre galaxias son uno de los principales elementos que impulsan su evolución en el tiempo. La mayoría de las galaxias probablemente han tenido interacciones con otras galaxias desde el momento en que se formaron.
Una galaxia está formada por aproximadamente 100 mil millones de estrellas. Entonces, pensarías que en una colisión frontal entre dos galaxias, habría innumerables colisiones entre esas estrellas, ¿verdad? El hecho es que en tal colisión, la probabilidad de que dos estrellas choquen es casi 0. Esto se debe a que, aunque hay una cantidad increíblemente grande de estrellas en las galaxias, la densidad de estrellas no es muy grande ya que las galaxias son extremadamente grandes. En otras palabras, el tamaño de las estrellas es muy pequeño en comparación con la distancia media entre ellas. Esto significa que si las galaxias estuvieran formadas únicamente por estrellas, y que dos de ellas chocaran de frente, pasarían una a través de la otra sin verse muy afectadas.
Sin embargo, esto no es lo que observamos cuando observamos la interacción de las galaxias. La razón es que el espacio entre las estrellas en las galaxias no está vacío: está lleno de gas y polvo. Este material interactuará cuando las galaxias chocan. Interactúan gravitacionalmente, las galaxias pueden tirar del material en las otras galaxias y alterar sus morfologías. También hay fricción entre el gas en las galaxias en colisión, lo que provoca ondas de choque que pueden desencadenar la formación de estrellas en las galaxias.
Estos procesos pueden afectar radicalmente a las galaxias. Por ejemplo, dos galaxias espirales pueden fusionarse para formar una galaxia elíptica.
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