Comprender el nacimiento del universo y su destino final son los primeros pasos esenciales para desvelar los mecanismos de su funcionamiento. Esto, a su vez, requiere el conocimiento de su historia, que comenzó con el Big Bang.
Investigaciones anteriores de la NASA con Cosmic Microwave Background Explorer (COBE) y Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) han medido la radiación del universo cuando solo tenía 300000 años, confirmando los modelos teóricos de su evolución temprana. Con su sensibilidad y resolución mejoradas, el observatorio Planck de la ESA sondeó el cielo de longitud de onda larga a nuevas profundidades durante su estudio de 2 años, proporcionando nuevas y estrictas restricciones a la física de los primeros momentos del universo. Además, la posible detección e investigación del llamado patrón de polarización en modo B en el Cosmic Microwave Background (CMB) impreso por ondas gravitacionales durante esos instantes iniciales proporcionará pistas sobre cómo se formaron las estructuras a gran escala que observamos en la actualidad.
Las observaciones con el telescopio espacial Hubble y otros observatorios mostraron que el universo se está expandiendo a un ritmo cada vez mayor, lo que implica que algún día, en un futuro muy lejano, cualquiera que mire el cielo nocturno vería solo nuestra galaxia y sus estrellas. Las miles de millones de otras galaxias habrán retrocedido más allá de la detección de estos futuros observadores. El origen de la fuerza que está separando el universo es un misterio, y los astrónomos nos referimos a esto simplemente como "energía oscura". Este nuevo componente desconocido, que comprende el 68% del contenido de materia y energía del universo, determinará el destino final de todo. Determinar la naturaleza de la energía oscura, su posible historia a lo largo del tiempo cósmico, es quizás la búsqueda más importante de la astronomía para la próxima década y se encuentra en la intersección de la cosmología, la astrofísica y la física fundamental.
Saber cómo se comportan las leyes de la física en los extremos del espacio y el tiempo, cerca de un agujero negro o una estrella de neutrones, es también una pieza importante del rompecabezas que debemos obtener si queremos entender cómo funciona el universo. Los observatorios actuales que investigan las energías de rayos X y rayos gamma, como el Observatorio de rayos X Chandra, NuSTAR, el Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi y el XMM-Newton de la ESA, están produciendo una gran cantidad de información sobre las condiciones de la materia casi compacta. fuentes, en campos de gravedad extrema inalcanzables en la Tierra.
Fuente: NASA.gov
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