La carga total en cualquier sistema cerrado nunca cambia, al menos dentro de los límites de la observación más precisa. En términos clásicos, esta ley implica que la aparición de una determinada cantidad de carga positiva en una parte de un sistema, siempre va acompañada de la aparición de una cantidad igual de carga negativa en otra parte del sistema, por ejemplo, cuando una regla de plástico se frota con un paño, se carga negativamente y el paño se carga positivamente en una cantidad igual.
Carga negativa de un objeto neutro mediante la transferencia de electrones de un objeto cargado negativamente.
A pesar de que las partículas fundamentales de la materia, se aparecen, desaparecen y se transforman continuamente y espontáneamente entre sí, obedecen siempre a la restricción de que se conserva la cantidad neta de carga. Cuando una partícula cargada se convierte en una nueva partícula, la nueva partícula hereda la carga exacta de la original. Cuando una partícula cargada aparece donde antes no había ninguna, invariablemente va acompañada de otra partícula de carga igual y opuesta, de modo que no se produce ningún cambio neto de carga. La aniquilación de una partícula cargada requiere la aniquilación conjunta de una partícula de carga igual y opuesta.