Las formas en espiral en la coliflor, alcachofa y girasol comparten una característica notable: Los números de las espirales en sentido horario y antihorario son números consecutivos de Fibonacci: La secuencia 1, 1, 2, 3, 5, 8... donde cada número es la suma de los dos anteriores.
Además, esas espirales empaquetan los flósculos lo más apretados posible, maximizando su capacidad de captar la luz solar para la planta. Pero, ¿cómo las plantas como los girasoles crean arreglos florales tan perfectos, y qué tiene que ver con los números de Fibonacci?
La clave es una hormona vegetal llamada auxina, que estimula el crecimiento de hojas, flores y otros órganos vegetales: Usando un modelo matemático que describe cómo interactúan la auxina y ciertas proteínas para transportarse entre las plantas, Las simulaciones de ese modelo reprodujeron patrones que coinciden exactamente con las "espirales de Fibonacci" reales en girasoles. Por tanto podemos sugerir que tales patrones podrían ser de naturaleza más universal de lo que se pensaba anteriormente, así que esté atento: Los números de Fibonacci podrían estar en espiral en todas las direcciones.