Cuando una estrella muere, se convierte en una supernova, certificando su muerte, o al menos esto pensábamos hasta ahora.
Miles de veces, los astrónomos han podido observar como una estrella explota y se convierte en una supernova, pero no hay que olvidar que las estrellas nacen y mueren, los restos de la explosión de una estrella se pueden unir a los restos de otras estrellas muertas para formar una estrella nueva. Hace unos días, el laboratorio LCO ha logrado un extraño descubrimiento, una estrella que nace de sus propias cenizas, a 500 millones de años luz de nosotros.
La estrella (en la galaxia M81) que murió era 50 veces mayor que nuestro Sol, permitiendo crear una supernova (iPTF14hls) con suficiente materia para volver a nacer, la estrella no se librará de morir para siempre, pero este proceso de resurgir de sus cenizas, aún lo podría repetir varias veces más.