Por ejemplo, si utilizamos un contador Geiger que nos permite medir el nivel de radiactividad y lo ponemos delante de una persona y una bola radiactiva detrás de este, veremos como el contador empieza a contar partículas, lo que demuestra que las partículas atraviesan la persona como si esta estuviese vacía.
Pero si todo esto es cierto, ¿Por qué no podemos atravesar las paredes? La respuesta está en el principio de exclusión de Pauli que afirma que no existen dos electrones con el mismo estado cuántico, así, cuando dos electrones casi idénticos se acercan, se repelen mutuamente, por eso los objetos parecen sólidos, aunque por dentro estén casi vacíos, y por eso no podemos atravesar las paredes.
Al igual, cuando nos sentamos en una silla, realmente no estamos en contacto directo con la silla, si mirásemos a una escala muy pequeña, veríamos que realmente estamos levitando sobre la silla.