Felix Klein diseñó en 1882 una botella que no posee ni dentro ni fuera, ni interior ni exterior, tampoco tiene borde y no se puede beber de ella por mucho que lo intentemos.
Este peculiar objeto inmerso en el espacio tridimensional, sería un objeto perfecto en un mundo de cuatro dimensiones.
Visto desde un punto geométrico, la botella de Klein es una superficie cerrada, no orientable y sin frontera.
Armado de un programa informático puedes conseguir dicha figura geométrica con la siguiente ecuación cartesiana:
(x2 + y2 + z2 + 2y – 1) [ (x2 + y2 + z2 + 2y – 1)2 – 8z2] + 16xz(x2 + y2 + z2 – 2y – 1) = 0
Otro objeto peculiar parecido a este, es la banda de Möbius, cuyo artículo puedes leer aquí.
Recuerda que estos objetos no son perfectos en nuestro mundo de tres dimensiones, para poder ver estos objetos perfectamente, sería en un espacio de cuatro dimensiones.
Recuerda que estos objetos no son perfectos en nuestro mundo de tres dimensiones, para poder ver estos objetos perfectamente, sería en un espacio de cuatro dimensiones.